Fueron esos coches los que ofrecieron el espectáculo inaugural en el Kingdom Arena de Riad. Una tormenta eléctrica simulada y dos gigantescas esculturas de arena proyectadas a través de un holograma anunciaron el segundo y probable duelo final de los titanes. Un duelo en el que Fury apareció como el comodín, vestido de Papá Noel y escuchando a todo volumen el éxito navideño de Mariah Carey. Usik lo hizo vestido a la usanza tradicional, un poco a lo Aladino, y con una gran cruz al cuello. De la que no se separa, la que le puso su equipo tras su victoria sobre Fury.
Publicidad
Usik es un hombre tradicional y profundamente religioso, pero también muy devoto de los símbolos. El sábado lució dos, además de la cruz. En primer lugar, después de volver a ganar la corona de los pesos pesados, lo que le sitúa entre los más grandes de la historia incluso sin derrotas (23-0-0). Es el único boxeador que ha unificado los cinturones de las cuatro asociaciones y el primer campeón indiscutible desde Lennox Lewis, hazaña lograda con más de 20 años de diferencia.
El símbolo que recogió del mismo ring fue el sable de Ivan Mazepa, el general cosaco que luchó por restaurar la independencia de Ucrania contra el dominio ruso en el siglo XVII, una historia que desgraciadamente se repite hoy en día, y que Usik sufre personalmente junto con el sufrimiento de su familia. .bombas del régimen de Putin en Kiev.